Los egipcios apreciaban mucho la ciencia y el conocimiento era la superioridad natural que conferia en la existencia, al hombre cultivado sobre la masa de los hombres comunes. Ella separaba a los gobernantes de los gobernados, aquel que habia realizado estudios superiores, y se habia convertido en escriba, llegaba al primer grado de la carrera administrativa y tenia asegurado el pan para toda la vida para él y su familia.
El conocimiento de la escritura era una ciencia sagrada y en la época antigua, la escuela de escribas se encontraba en la corte real, pero en el Reino Nuevo se organizaron de forma diferente. La escritura era, sobre todo, la palabra de dios y se creia inventada por el dios Toth, que enseñó a los habitantes de Egipto a utilizarla.
La división del día en 24 horas, así como el año de 365 días, se lo debemos a los antiguos egipcios. Es posible que el sistema de horas se estableciera en aquellas sociedades por motivos religiosos, pues la palabra egipcia correspondiente a hora equivalía también a "deber sacerdotal", palabra de la misma raíz que "vigía de las estrellas" (o vigía del tiempo). Estos vigilantes de las estrellas desempeñaban sus deberes sacerdotales anotando la aparición de los decan (determinadas estrellas o constelaciones) en el horizonte oriental. Dividían la noche en doce horas, de intervalos iguales, señalándose cada hora por la aparición del decan correspondiente.
Dividiendo en partes el día y la noche lograron realizar estrategias y artilugios que podemos definir como relojes o instrumentos de medición del tiempo.
Los Egipcios, alrededor de año 3500 a.d.C., alzaron obeliscos cuyas sombras indicaban el mediodía, y el día más largo y el más corto del año. Posteriormente añadieron más marcas en la base del obelisco para dividir el día en más partes.
Reloj solar. La determinación de las horas diurnas se realizaba mediante cuadrantes solares; el largo de la sombra proyectada sobre una superficie plana y se medía con una escala graduada.
La determinación de las horas nocturnas se hacia por medio de clepsidras o relojes de agua, y también con relojes estelares.
Las clepsidras eran recipientes de piedra de grandes dimensiones; tenía una escala horaria grabada en las paredes interiores (las paredes exteriores estaban decoradas con inscripciones o figuras de las divinidades relacionadas con el tiempo. Las fracciones temporales se medían, llenando o vaciando el recipiente, según un sistema preciso de marcas en las paredes.
Usando unas plomadas llamadas merkhets, los egipcios podían determinar la hora durante la noche, siempre que las estrellas fueran visibles.Usados desde al menos el 600 a. C., dos de esos instrumentos estaban alineados con la Estrella Polar, indicando un meridiano. Observando cómo unas determinadas estrellas cruzaban la línea creada con los merkhets, se podía calcular con precisión la hora.
Hay evidencias de estos inventos, por ejemplo en un fragmento de una inscripción de la época de Amenofis I se hace mención de uno de estos relojes de agua de un solo agujero.
.
Descendiente de los reyes saítas de la
dinastía XXVI. Amirteo dirigió una rebelión contra Artajerjes II, triunfante en parte de Egipto, aunque no
llegó a controlar mucho territorio.
XXIX
Neferites I
399-393 a.C.
Trasladó la capital a Mendes, ciudad
situada más al centro de delta del Nilo que la septentrional Sais, indicando quizás un fuerte resurgir del poder real
Acoris
393-380 a.C.
Fue el faraón más importante de la dinastía XXIX.Egipto
había sido aliado de la ciudad griega de Esparta. Habían luchado juntos
contra Persia durante 400 años. Sin embargo, Acoris
tuvo que buscar nuevos aliados. Concertó alianzas, con Evagoras
I, el rey de Salamina, que estaba en el exilio y Acoris lo llevó de nuevo a Chipre en 387 a. C., donde le
sirvió como virrey de Egipto. Y firmó un tratado con Atenas en 389 a. C., que
poseía una gran marina de guerra.
En esta época se acuñaron las primeras monedas egipcias para pagar a
los mercenarios.
XXX
Nectanébo I
380-362 a.C.
Nectanebo I consiguió el control sobre
Egipto en noviembre de 380 a. C., pero pasó la mayor parte de su reinado
defendiéndose de los intentos persas de reconquista, con la ocasional ayuda
de Esparta o Atenas.
Expulsa a los persas de Egipto
Teos
362-360 a.C.
Invadió los territorios del Levante mediterráneo (actuales Siria e
Israel) con cierto éxito, hasta que fue depuesto por su hijo Tjahepimu que aprovechó la impopularidad de Teos para
nombrar faraón a su propio hijo, Nectanebo II
Nectánebo II
360-343 a.C.
Es vencido por Artajerjes III Oco en 343 a. C.
XXXI
Artajerjes
III
343-338 a.C.
En 343 a. C. derrotó a Nectanebo II, el último
faraón de la dinastía XXX. Convirtió Egipto en satrapía Persa. Fue asesinado
por su visir Bagoas en 338 a. C., le sucedió en el
trono su hijo Arsés.
Arsés
338-336 a.C.
Durante el reinado de Arsés, al menos un
personaje egipcio reclamó el trono, pero él lo hizo desistir.
Soberano títere, manejado por Bagoas
Darío III
336-332 a.C.
Último rey persa, aqueménida.
Dario viendo que su ejército era derrotado
una y otra vez, se puso a la cabeza para intentar detener el avance de
Alejandro, pero en la batalla de Issos (12 de
noviembre de 333 a. C.) la victoria fue de Alejandro.
Nota:
Leer lo referente a Egipto en enlace de wikipedia de Alejandro Magno
DIN. XXIV de Sais (727-715)
Tefnakht (730-720) detronó al último faraón legítimo de la Dinastía XXIII, Sesonquis IV, aprovechando la debilidad de las dinastías anteriores.
En ese mismo período, Piânkhi de Nubia (747-716 Dinastía XXV) invadió Egipto, intentando obtener todo el control, lo que le enfrenta con Tefnakht.
El sucesor de Tefnakht, Benkenrinef (720-715) fue un gran legislador que suprimió la esclavitud por deudas cien años antes que Solón en Grecia.
Durante esta época, aproximádamente, Egipto entra de nuevo en órbita mediterránea, a través de sus relaciones con Mileto, en Asia Menor. Los poderes feudales egipcios buscaron apoyo en Asiria para disminuir el poder centralizador de la monarquía.
DIN. XXV, Nubia/Cushita, de Napata (747-656)
Al no aceptar a Seshonquis I, el clero de Amón emigró a Napata (ciudad de Sudán), y fundó allí un reino democrático cuyo dios absoluto era Amón.
El primer faraón fue Pianki (747-716). Este rey reunificó todo Egipto, enfrentándose a Tefnakht, pero cometió el error de no destituir a los principes locales vencidos. Del fin de este rey no existe documentación.
Shabaka (716-702) fue el sucesor, aunque no se conoce bien su relación familiar con Pianki.
Shabaka residió en Tebas y reinó en todo Egipto. Renovó las construcciones y el trabajo en las canteras de Wadi Hammamat. Tuvo una relación política con Asiria muy prudente, enviando presentes a Sargón II.
Shabataka (702-690) fue sucesor del anterior. Fue salvado de la invasión del asirio Senaquerib gracias a la peste que diezmó el ejército invasor. Sin más historia relevante murió asesinado por los miembros de su propia familia.
Taharka (690-664) fue quien hizo asesinar a su antecesor. Reorganizó la administración y realizó numerosas construcciones: Columnata del templo de Amón en Karnak, Medinet Habu. Edfú, etc.
Embelleció Tanis, ciudad de su residencia. A este le sucedió Tantamani, con quien se puso fin al domínio etíope.
Los reyes de Napata tienen tumbas en contradas en Djebel Barkal que son modestas pirámides en piedra muy esbeltas.
DIN. XXVI Época Saíta (664-525)
Relieve monstrando a Psamético I.
Tumba de Pabasa en Tebas
Esta dinastía empieza con Psamético I (664-610) con quien comienza un florecimiento en el arte egipcio hasta Psamético III (526-525), denominado "arte saíta clásico o neoclasicismo saíta".
Se realizaron grandes edificios y construcciones funerarias según lo atestiguan restos encontrados en Tell Atrib (Attribis) y en el delta (el laberinto de Hauara).
En la escultura las obras encontradas son de pequeño formato (ya que desapareció el arte monumental), pero con mucho detallismo. Destaca el retrato real de Berlín y el mobiliario funerario de la reina Tahut, esposa de Psamético II.
Hay que hacer notar que tenían predilección por las representaciones de animales.
El arte saíta no consigue muchas veces las proporciones armoniosas del cuerpo, que caracterizó al arte de la Dinastía XVIII, pero empieza a reflejar el espíritu griego, sobre todo en la forma de expresar las mejillas y el mentón.
Realizar lectura del articulo:
El reinado de Sheshonk I destaca como uno de los puntos culminantes del Tercer Período Intermedio.
Sheshonk I intervino de forma agresiva en la política levantina para reafirmar el prestigio egipcio en la zona. Sus inscripciones de Karnak recogen una importante expedición militar en c. 925 a.C. contra Israel y Judá, además de las principales ciudades de la Palestina meridional, incluidas Gaza y Megiddo.
El Antiguo Testamento recoge el mismo acontecimiento diciendo (IRe 14:25-26) que en el quinto año de Rehoboam "Shishak, rey de Egipto" se apoderó de los tesoros de Jerusalén, añadiendo (2Cr 12:2-9) que vino con 1.200 carros y un ejército que incluía libios y nubios.
Estas fuentes indican que la campaña se organizó en apoyo de Jeroboam, un exiliado en Egipto que reclamaba el trono de Judá. No obstante, fue en realidad la gloria de un día.
Sheshonk murió al poco de regresar a Egipto y durante los reinados de sus sucesores las relaciones con el Levante parecen haber vuelto a los contactos puramente comerciales; sobre todo se volvieron a establecer relaciones con Biblos.
Relieve con las imágenes del dios Amón, Sheshonq I y su hijo Iuput, sumo sacerdote de Amón. Templo de Amón en Karnak.
El programa constructivo de Sheshonk I incluía planes para un gran patio en el templo de Amón en Karnak; pero éste quedó sin terminar a la muerte del rey.
La entrada, conocida como "Portal Bubastita" se decoró con una narración de las victorias de Sheshonk en Palestina, una de las fuentes históricas más valiosas para todo el período.
Durante los reinados de los sucesores de Sheshonk I continuaron los esfuerzos por consolidar la unidad del reino; pero el creciente poder de los gobernadores provinciales condujo a un debilitamiento del control regio y a la consiguiente fragmentación del país. Se permitió que el cargo de "gran sacerdote de Amón" y otros puestos clave volvieran a ser hereditarios y esto facilitó el desarrollo de unas bases de poder independientes.
Osorkón I
Osorkón I hijo de Sheshonq I (su principal esposa, Karoma A), sucede a su padre, quién probablemente murió dos o tres años después de sus victoriosas campañas contra los reinos de Israel y Judá.
En Tebas, el "gran sacerdote" Harsiesis se proclamó rey y fue enterrado en Medinet Habu en un sarcófago con cabeza de halcón, una clara imitación de las tradiciones funerarias de los soberanos tanitas. Finalmente, los intentos septentrionales por imponer su autoridad sobre Tebas condujeron a la violencia. Una larga inscripción del príncipe Osorkón, hijo deTakelot II (850-825 a.C.), grabada en el Portal Bubastita (la llamada Crónica del príncipe Osorkon), describe una serie de conflictos que se produjeron cuando intentaba hacer valer su autoridad como "gran sacerdote de Amón" en Tebas frente a un grupo rival.
Durante el reinado de Sheshonk III (825-773 a.C.), y en los años siguientes, numerosos gobernantes locales (sobre todo en el delta) se volvieron virtualmente autónomos y varios se proclamaron reyes.
El primero de ellos fue Petubastis I (818-793 a.C.), quizás relacionado con la familia real de la XXII Dinastía. La localización de su base de poder es incierta; pero fue su autoridad y la de sus sucesores la que se reconoció en Tebas, en vez del gobierno de Tanis.
Si bien algunos estudiosos asignan estos reyes locales a la XXIII Dinastía, no está claro cuál de ellos, si es que se puede hacer con alguno, debe identificarse con la XXIII Dinastía tal y como la recoge Manetón, que quizá estuviera compuesta por los sucesores de la XXII Dinastía en Tanis.
En c. 730 había dos reyes en el delta (en Bubastis y Leontópolis) y dos en el Alto Egipto (en Hermópolis y Heracleópolis); junto a éstos, y virtualmente independientes, existían un príncipe regente, cuatro grandes jefes de Ma y en Sais un príncipe del Oeste. Este último, Tefnakht (rey 727-720 a.C.) se había apoderado de todo el territorio de Menfis y el delta occidental y se estaba expandiendo hacia la parte norte del Alto Egipto., con él comienza la Dinastía XXIV de Sais.
Principales poblaciones a principios del Tercer período Intermedio
(Historia del Antiguo Egipto. Edición IAN SHAW - Oxford)
Durante la XXI Dinastía, las familias gobernantes, tanto del norte como del sur, contaron con miembros con nombres patentemente libios y, como es indudable que se practicó alguna forma de aculturación, es probable que muchos más estén camuflados en los documentos con nombres egipcios.
Por lo tanto, cuando a comienzos de la XXII Dinastía el trono de Tanis pasó al jefe de los meshwesh, Sheshonk (Sheshonk I [945-924 a.C.]), se trató de la culminación de una tendencia que venía de antiguo.
La Dinastia XXVII o también denominada La primera dominación persa transcurre de 525 a 404 a. C.
La ocupación persa de Egipto duró más de 121 años, a partir de Cambises, hijo de Korush. Cambises permaneció en Egipto durante tres años, durante el cual se envió una expedición hacia el Oasis de Siwa para vengarse de sus sacerdotes, que emitieron una profecía de predicción que Cambises tendría una vida corta , con un mal destino en Egipto. Las tormentas de arena tragaron su ejército, que todavía pemanece enterrado en el desierto del sáhara. También envió una campaña contra Nubia, pero su ejército fue derrotado por los príncipes de Napata. Cambises perdió la cabeza y murió en Siria, en su camino de regreso .
Cuando el rey Darío I ascendió al trono, cambió el trato hacia los egipcios, restauró los templos destruidos e hicieron ofrendas a los dioses egipcios. También completó el canal iniciado por Nakao II para conectar el Nilo con el Mar Rojo .
Los egipcios aprovecharon la oportunidad que Dario I estaba ocupado en su guerra contra los griegos y se desató una violenta revolución contra los persas en el Delta . Aksarkis I y Artakserksis pudieron repeler las revoluciones egipcias, encabezada por los príncipes del Delta .
Egipto fue sometido e integrado en el Imperio aqueménida en dos ocasiones. Los reyes persas fueron representados en Menfis por un sátrapa y un tesorero, aunque ideológicamente estos emperadores eran los sucesores de los faraones saítas y para Manetón constituyeron la dinastía XXVII.
Desde la época saíta Egipto había prosperado brillantemente económica y culturalmente; Cambises II y Darío I, conseguían una provincia especialmente lucrativa.
Al mismo tiempo, los funcionarios nativos aliados y los persas estaban sumamente capacitados para administrar la tierra, estos también se asentaron, reforzaron las guarniciones con extranjeros (como la judeo-aramea de Elefantina) y dieron a griegos y fenicios facilidades como mercaderes.
Cambises II y especialmente, Darío I fueron representados como genuinos faraones en numerosos monumentos públicos y privados.
Alrededor de 445 a. C., bajo Artajerjes I, Heródoto visitó Egipto
Cambises II (525 - 521 a.C.)
Egipto fue derrotado por los persas y Menfis caia en manos de Cambises. Psamético fue capturado y ejecutado tras intentar una rebelión. Adoptó los titulos y costumbres de los faraones, aunque no ocultó su desprecio a las costumbres y religión egipcias. Planificó la conquista de los reinos nubios de Napata y Meroe, pero su intentó falló, ya que al atravesar el desierto tuvo muchas pérdidas y llegó a retirarse.
Esmerdis (521 - 521 a.C.)
Antes de partir en campaña contra Egipto, ordenaron matarlo, por temer que pudiera intentar una rebelión.
Dario I el Grande (521 - 485 a.C.)
Ascendió al trono tras asesinar a Esmerdis con la ayuda de otras seis familias aristócratas persas, siendo coronado a la mañana siguiente. Dirigió una expedición punitiva contra Atenas y Esparta por la ayuda brindada por éstas a los griegos de Asia Menor durante la revuelta jónica. Amplió las fronteras de su imperio conquistando Tracia y Macedonia e invadiendo las tierras de los saces, una tribu escita. Reformó el imperio dividiendo en provincias y asignando en gestión a la figura de un governador. Implantó un nuevo y unificado sistema monetario, asignó un nuevo código de leyes en Egipto e hizo del arameo el idioma oficial del imperio. Impulsó proyectos de construcciones a lo largo del imperio, en Susa, Pasargadas, Babilonia y Egipto. Entre sus hitos destaca la inscripción de Behistún, una autobiografia de gran valor para la lingüistica moderna.
Jerjes I (485 - 465 a.C.)
Rey aqueménida de Persia. A la muerte de
su padre, Darío I, ocurrida en 486, emprendió la pacificación de Egipto y logró
sofocar enérgicamente las revueltas producidas en Babilonia. Instigado por su
primo Mardonio, intentó vengar la afrenta que los griegos habían ocasionado a su
padre en la batalla de Maratón (segunda guerra médica). Tras derrotar al
ejército griego de Leónidas, que pretendía defender el desfiladero de las
Termópilas, Jerjes inició el saqueo del Ática al frente de sus hombres y arrasó
los santuarios de la Acrópolis ateniense. La flota griega se reagrupó en el
estrecho comprendido entre el Ática y la isla de Salamina y derrotó a la de
Jerjes (480 a.J.C.). Dejó a Mardonio al frente del ejército de Grecia y consagró
los últimos años de su reinado a edificar suntuosas construcciones en
Persépolis. Murió asesinado.
Artajerjes I (465 - 424 a.C.)
Artajerjes sucedió a su padre Jerjes como rey de Persia, manteniendo bajo control la provincia de Egipto. En 460 a. C. estalla una revuelta liderada por Inarôs, dinasta libio. El movimiento se extiende a Sais y recibe el apoyo de Atenas, interesada en debilitar al máximo el poderío persa. Artajerjes envió un poderoso ejército a Egipto que fue derrotado en Papremis por los rebeldes con la ayuda recibida de Atenas. El sátrapa Aquemenes murió en la batalla y los persas que sobrevivieron se refugiaron en Menfis. La ciudad fue sitiada durante 18 meses. La contraofensiva persa obtuvo resultado y los griegos se retiraron, siendo perseguidos hasta las costas griegas. Los atenienses echaron un último pulso a Jerjes e intentaron llegar con su tropa al Delta, siendo atacados y derrotados por una flota fenicia aliada a Artajerjes.
La resistencia egipcia quedó en manos de Amirteo, consiguiendo mantenerse independiente en el Delta. En 449 a. C. se firma la paz entre Atenas y Persia lo que trajo la calma en Egipto. El nuevo sátrapa intentó la conciliación y situó a los hijos de los rebeldes en puestos importantes.
Cuando Artajerjes falleció en el año 424 a. C. se produjeron problemas dinásticos en Susa, la capital de Persia. Darío II se impuso en el trono.
Jerjes II (424 a.C.)
Reconocido rey en Susa, fue asesinado al cabo de un mes y medio de reinado por su hermanastro Sogdiano en el transcurso de un festín. En tal acto criminal participaron el eunuco Farnakyas y otros personajes, entre ellos Menostanes. El poder pasó entonces a manos del asesino Sogdiano.
Sogdiano (423 a.C.)
Tuvo un breve reinado en Persia. Era hijo bastardo del rey Artajerjes I y Aloguna, una concubina babilonia. Cuando Artajerjes I murió, fue sucedido por Jerjes II, su único hijo legítimo, pero éste fue asesinado a su vez por Sogdiano. Fue posible que la guerra fraticida, se haya desatado apenas muerto Artajerjes, y que la autoridad de Dario haya sido reconocida en Babilonia desde un primer momento.
Dario II (423 - 404 a.C.)
Artajerjes I, murió poco después del 24 de diciembre de 424 a. C., sucediéndole su hijo Jerjes II. Después de un mes y medio Jerjes fue asesinado por su hermano Sogdiano. Su hermano ilegítimo, Oco (Dario II), sátrapa de Hircania, se rebeló contra Sogdiano con el apoyo del eunuco Artoxares, Arbario, el comandante de la caballería, y Arsames, sátrapa de Egipto. Tras una breve lucha, Oco mató a Sogdiano, y más tarde zanjó la tentativa de traición de su propio hermano Arsites para imitar su ejemplo. En Egipto se produjo una revuelta liderada por Armiteo en 410 a.C.. Durante seis años lucharon para conseguir la independencia del pais. Se alió con Esparta y volvió a apoderarse de las ciudades griegas de la costa asiática (413 a.C.). Tomó parte en la guerra de Peloponeso, logrando la victoria de Esospotamos (405 a.C.)
Artajerjes II (436 - 358 a.C.)
Rey persa aqueménida, hijo y sucesor de Darío II, quien en vida lo había asociado como regente. Los griegos dieron al aqueménida Artajerjes II el sobrenombre de Memnón, por su gran memoria. El acceso al trono de Artajerjes II, cuyo nombre era Arsaces, fue cuestionado por su propia madre, la intrigante reina Parisatis, hija de Artajerjes I, quien deseaba que el reino hubiese ido a parar a su hijo menor y preferido Ciro el Joven. Artajerjes II, en consecuencia, tuvo que luchar y derrotar a su hermano en la batalla de Cunaxa (401 a.C.). Las tropas mercenarias griegas que participaron al lado de Ciro el Joven, tras disolverse el ejército de éste, hubieron de retirarse a su patria ("Retirada de los Diez Mil") a través de Armenia, según se sabe por la narración que Jenofonte hizo en su Anábasis. Artajerjes II fue prácticamente el último rey de la llamada "primera dominación persa" en Egipto (dinastía XXVII), pues fue reconocido por la colonia judía de Elefantina en el Alto Egipto. Por su parte, el Bajo Egipto estuvo sometido a Amirteo, que había llevado a cabo una guerra de independencia. A pesar de los esfuerzos del Gran rey persa (invasión del 358 a.C.) no se pudo reconquistar entonces Egipto. Con Grecia, Artajerjes II concertó una ventajosa paz, y en el año 387 a.C. se reunió un congreso en Sardes para tratar de la misma. En él fue el Gran rey persa quien dictó sus decisiones que se fijaron en un Instrumento de paz, aceptado por Antálcidas (Paz del Rey), pero que según Isócrates fue deshonroso en todos los extremos. Años después, en el 375 a.C., Artajerjes II, junto con Dionisio I, medió en una paz acordada entre Esparta y Atenas, en la que también participó Tebas, paz que fue nuevamente acordada cuatro años después. Desde el punto de vista religioso, Artajerjes II dio un gran impulso a la construcción de templos y estatuas a los dioses en distintos puntos de su Imperio. Asimismo, introdujo al antiguo dios "Mitra" (dios de la luz y custodio del orden) junto a Ahura-Mazdah y Anahita. Su reinado, en general, estuvo lleno de dificultades, agravadas por diferentes rebeliones de sátrapas, a las que ponía fin mediante el asesinato o el oro. Desterró a su propia madre Parisatis cuando ésta envenenó a su favorita real. Los últimos años de Artajerjes II se vieron alterados por disensiones intestinas entre sus hijos. Uno de ellos, Artajerjes III Ochos, se hizo finalmente con el poder.
Textos escritos en las pirámides y objetos egipcios.
"Eres la Señora de la alegria, la Reina de la Danza, la Maestra de la Música, la Reina de la tañedora del arpa, la Dama de la danza coral, la Reina de la tejedora de guirnaldas, la Señora de la borrachera sin fin" (Un himno a Hathor)