Thutmosis, nada más subir al trono, emitió un decreto (el día de la fiesta de su coronación, el primer año, el tercer mes de la 2ª estación, día 21) que, entre a otras personalidades, fue enviado al gobernador de los países del sur llamado Thure, en el cual le anunciaba el comienzo de su reinado y le notificaba la titulatura exacta de su magistratura:
"Haz mi titulatura como sigue: Toro Poderoso. Amado de Maat. Favorito de las dos Diosas. El que brilla en la Diadema Serpiente. Grande en fuerza.
Horus de oro: Feliz en años, que hace vivir los corazones.
Rey del Alto y Bajo Egipto: Ajeperkara.
Hijo de Ra: Thumosis que vive para siempre jamás."
De esta forma se fijaba el modo en que se extendía el dominio al faraón para el resto de la historia egipcia.
(En el templo de Karnak, hoy en día aún se conserva el obelisco erigido por Tutmosis I)
En una estela grabada en las rocas de la isla de Tombos, en la tercera catarata, se lee que Thutmosis I, en el segundo año de su reinado, llevó a cabo una campaña en Nubia con brillante éxito militar y construyó una fortaleza en Tombos.
Estela de Tutmosis I - Museo de El Cairo
En el tercer año regresó a Nubia en campaña militar y produjo con ello la ruina del reino indígena de Kerma.
Conquistada y pacificada Nubia, Thutmosis I dirigió sus esfuerzos conquistadores hacia Palestina, llegando hasta el río Éufrates, cazó elefantes y erigió una estela.
Parece ser que Thutmosis fue quien inició la nueva constumbre de que el rey fuera inhumado en un hipogeo excavado en las laderas de las colinas desérticas de la orilla izquierda del río Nilo, frente a Tebas, abandonando así la idea de ser enterrado en una pirámide. Este tipo de enterramiento continuará durante todo el Reino Nuevo. El conjunto de tumbas está situado en lo que se denomina "Valle de los Reyes (Biban-el-Molûk).
Su labor organizadora del reino continuó la de sus antecesores, haciendo resaltar el papel de Menfis.
Murió a los tres años y algunos meses de su reinado.