El Reino Nuevo, no fue solo el período de mayor potencia política y económica para Egipto, sino también el de su desarrollo artístico y cultural.
Entre las Dinastías XVIII a la XX, se levantaron más monumentos y construcciones que en todos los tiempos pasados y futuros en este pais. Todo el Valle del Nilo hasta la segunda catarata, e incluso más allá, estaba lleno de templos, capillas y estelas rupestres.
Las obras de arte del Reino Nuevo que han sobrevivido, han servido para dar información sobre este gran momento de esplendor político y auge económico del pais.
Las manifestaciones artísticas de esta época, alcanzaron gran perfeccción, tanto técnica como artística, y en todos ellos demostraba que la población egipcia gozaba de un gran bienestar económico y social, del que el arte fue un fiel reflejo.
Estas manifestaciones artísticas se dividieron de la siguiente manera:
Arquitectura:
El gran logro del Reino Nuevo en la arquitectura monumental fue fijar el esquema típico del gran templo consagrado a la divinidad que hoy conocemos como el templo "clásico" egipcio.
El poder del clero y el enriquecimiento de los tesoros de los templos proporcionaron las condiciones ideales para la creación de un canon de arquitectura sagrada. A partir de este momento, aparecen en las paredes de los templos las hazañas bélicas de los faraones en forma de grandes relieves de batallas.. El templo se transforma en la construcción nacional más representativa, con una enorme carga de propaganda política, habilmente manejada por la clase sacerdotal. Un ejemplo está en el Templo nubio de Ramsés II en Abu Simbel, en los Santuarios de Deir el-Bahari, el Santuario de Mut y los grandiosos complejos de Karnak y Luxor.
Las grandes tumbas rupestres como la de los faraones Thutmosis III y Amenofis III, son verdaderos laberintos con cámaras y capillas e importantes pinturas y bajorrelieves policromos.
Entre los templos funerarios están los de Sethi I en Gurna, el de la reina Hatshepsut en Deir el-Bahari y el importante grupo de ruinas del templo funerario de Ramsés II, el famoso Ramesseum, todos frente a Tebas, en la rilla Occidental del Nilo.
Cada rey tenia la costumbre de erigir su propio palacio. Amenofis III construyó al Oeste de Tebas, el palacio de Malkata. El palacio que mejor se conoce por representaciones es el de Amenofis IV en el-Amarna.
El Cisma de Amarna dejó importantes huellas en arquitectura. Así como el Templo dedicado a Atón, tenia pilonos y sala hipóstila, pero ésta carecia de techo, para que los rayos del Sol llegaran sin obstáculos a sus fieles. En su recinto murado se levantaban columnas que sostenian simples arquitrabes aislados.
Escultura y pintura:
La pintura y escultura conocen en esta época una verdadera "Edad de Oro". La representación se hace más esbelta y llena de gracia y ligereza. La obra del artista se individualiza, está más liberado de los esquemas de un canon tradicional, mas hierático y despersonalizado.
Gran parte de las obras pictóricas se han conservado en las tumbas de los notables tebanos en Gurna y Deir el-Medina y en las tumbas reales del Valle de los Reyes.
El desarrollo de la pintura sigue las mismas etapas que el bajorrelieve y la estatuaria.
Las mejores obras de escultura son los bajorrelieves del templo de la reina Hatshepsut y los del templo de Thutmosis III, ambos en Deir el-Bahari, las estatuas-cubo del arquitecto Senmut. el gran ayudante de la reina Hatshepsut y la de Thutmosis III en granito negro.
Con Amenofis II y Thutmosis IV triunfó un nuevo estilo lleno de gracia y elegancia.
En escultura destacaban los relieves, muy planos, de la tumba de Ramosé, visir y gobernador de Tebas bajo Amenofis III y IV, así como las esculturas que representan al faraón Amenofis III. Rompe la evolución de este estilo el episodio aislado de el-Amarna.
En algunas excavaciones, se encontraron los talleres de algunos de estos artistas. En uno de ellos, se encontraron bocetos para un retrato de la reina Nefertiti, dirigido por el escultor Thutmosis.
Los artistas armanianos realizaron una serie de monumentos artísticos de acuerdo con el espíritu de la época, como las estatuas del propio faraón con todas sus imperfecciones físicas y las deformes princesas, que contrastan con la belleza de la reina. Pero las mejores creaciones son los relieves y las pinturas que representan escenas íntimas de la vida de la corte; la reina y el rey sentados, rodeados de sus hijas en sus habitaciones y adorando al disco solar.
La tendencia armaniense acabó degenerándose en un manierismo que sólo perduró durante el reinado de Ajhenatón (Amenofis IV). Pero sobrevivieron algunas formas iniciadas en este período , como la manera de dibujar los pliegues de los ropajes, más suaves y flexibles y sobre todo, aportó al arte egipcio un mayor naturalismo y elegancia que rejuvenecen las formas clásicas.
En las paredes de las tumbas reales como en las mastabas de los funcionarios, se plasmó de increible maestria, llena de encanto... la Naturaleza.
Animales y plantas, que tanto ama el egipcio, aparecen tratadas como auténticas obras maestras, lo prueba los bajorrelieves de la "Sala de fiestas de Thutmosis III", en el recinto de Amón en Karnak.
Sala hipóstila del Templo de Karnak
El arte decorativo gozaba de una importante tradición en los Reinos Antiguo y Medio, pero es en ésta época, cuando alcanza una mayor perfección y belleza. El mejor ejemplo de arte suntuario es el mobiliario de Tutankhamón: mesas, sillas, camas pintadas, cofres, jarras y sobre todo el famoso trono.
Se han encontrado objetos de tocador de metal, cerámica y jarras de alabastro en casas de artesanos y gentes de clase social más inferior, por lo que no eran tan solo para patrimonio real.
El amor a los objetos suntuosos nació del contacto entre Egipto y los pueblos asiáticos desde sus primeras etapas históricas. Las relaciones de tipo comercial y político se hicieron muy acentuadas.
Destacan las piezas de tocador en madera, metal y piedra, las joyas, los bastones labrados de los faraones, los collares y pectorales, los escarabeos y amuletos, así como la cerámica, los cofres, cajitas y ungüentarios.
Collar de Tutankhamón
Actualmente es posible conocer el arte egipcio y seguir su evolución gracias a las excavaciones arqueológicas que enriquecen continuamente el estudio de esta cultura.